¿Descansas mientras duermes?… ¿alguna vez te has hecho esa pregunta?, algunas veces el nivel de cansancio y agotamiento previo a la presentación de un psicotécnico, es tan elevado que puede hacer acudir a un especialista a un opositor; ¿se puede dormir y no descansar?
No necesariamente descansamos mientras dormimos o dormimos mientras descansamos, de allí la necesidad de entender lo que representa realmente tomar un buen descanso y las implicaciones que esto tiene en nuestro desempeño durante el día a día; más aún, cuando existen responsabilidades y/o compromisos que ameritan la mejor condición posible de nuestro cuerpo y mente.
En la actualidad, con un ritmo de vida tan agitado, cada vez resulta menor el tiempo que se dedica al descanso. En la búsqueda de resultados oportunos, se sacrifican horas de sueño, con la convicción de estar siendo más productivos; sin embargo, por el contrario, lo que se está generando es un deterioro físico y mental, producto del cansancio o fatiga acumulada, ya que el cuerpo no logra reponer las energías consumidas a través de un reposo efectivo.
Un claro ejemplo de este caso, son los estudiantes, quienes quizás por la falta de planificación o por el volumen de actividades y la presión, se ven inmersos en un ciclo donde cada vez se demanda más a la mente y al cuerpo para responder ante las exigencias del entorno. Pero, ¿qué sucede realmente en nuestro organismo cuando limitamos el debido descanso?, ¿es posible recuperar el sueño perdido? , veamos más al respecto.

¿Puede la falta de sueño afectar nuestro rendimiento de estudio?
En ocasiones cometemos el error de limitar el descanso para ser más productivos, alegando que aun cuando nuestro cuerpo lo reclame, debe saber esperar y recuperarse cuando lo consideremos pertinente, ya que el descanso, al fin de cuentas, puede llegar a convertirse en una “pérdida de tiempo”.
Sin embargo, antes de afianzarnos en estos argumentos, sería interesante analizar un poco cómo afecta la falta de sueño o descanso efectivo en nuestro rendimiento físico y mental, ya que según estudios realizados, representa un factor determinante para la recuperación de la energía que demanda nuestro cuerpo, y que repercute considerablemente no sólo en el proceso de aprendizaje y la memoria, sino también en la capacidad de percepción y concentración, ocasionando igualmente irritabilidad, fatiga, depresión, lagunas mentales, bajo rendimiento físico, y una serie de aspectos más que vale la pena considerar antes de postergar un momento de descanso o sueño.
Si nos enfocamos particularmente en el rendimiento académico, vamos a encontrarnos con uno de los grupos más afectados por los efectos de la falta de sueño, ya sea que te estés preparando para una evaluación puntual, como lo es el caso de los psicotécnicos, o porque realmente las exigencias de la carrera así lo demandan.
En este sentido, un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid, indica que la falta de sueño está relacionada con bajas calificaciones y con la deficiencia en las habilidades cognitivas verbales, espaciales, de razonamiento y numéricas; las cuales, son indispensables al momento de presentarse a realizar un test psicotécnico.
Y extendiendo estos efectos, más allá de un bajo rendimiento académico o reprobar un examen psicotécnico, también se ha demostrado que la falta de sueño es un factor de riesgo importante en el caso de accidentes de tránsito y/o laborales, así como posible indicador para la aparición de enfermedades como el Alzheimer y el cáncer. Lo que evidencia aún más la importancia de procurar el tiempo necesario de sueño y descanso lo suficiente para que nuestro cuerpo se recupere física y mentalmente.
Y no se trata de extremar las condiciones, quizás sería lógico pensar que después de arduas jornadas de insomnio, nada más reparador que un “merecido y prolongado sueño” de fin de semana; sin embargo, hay que ser cautelosos en este sentido, ya según investigaciones realizadas en la Universidad Boulder Colorado (EE.UU.), esta estrategia también puede ocasionar trastornos a nivel del metabolismo, que puede conllevar a condiciones dañinas para la salud, tales como diabetes u obesidad.
Y aun cuando estas conclusiones son relativas, ya que existen, por el contrario, otras investigaciones que apuntan a que efectivamente el sueño perdido es recuperable, siempre y cuando se mantenga un patrón estable en los ciclos de sueño, lo importante es mantener un equilibrio entre los períodos de insomnio y sueño, que permita mantener el ritmo circadiano, cuya alteración puede afectar las funciones corporales y la salud.

Adicionalmente, procurar que este período de sueño y/o descanso, sean realmente efectivo, de manera que pueda garantizar la recuperación del organismo frente a los prolongados períodos de insomnio a los cuales fue sometido, sólo así, estaremos compensando el desgaste físico y mental, que puede llegar a afectar de manera tan significativa nuestra capacidad de razonamiento, memoria, concentración, respuesta, aprendizaje y una serie de aspectos con repercusiones en nuestra calidad de vida.
¿Cuántas horas deberías dormir si estás opositando?
Este tema depende también mucho de la persona, hay algunas que afirman que con 6 horas se sienten muy descansados y otros que sin sus 8 horas no son personas. Seas como seas, lo que no debes escatimar es en horas de sueño, duerme las horas que necesites para sentirte descansado, esto no quiere decir que estés en la cama 10 horas, pero todos sabemos que durmiendo ciertas horas por la noche, aunque nos cueste algo levantarnos luego rendimos el día entero sin problemas, por lo que debemos encontrar ese equilibro que suele constar de 7-8 horas normalmente.
Incluso hay opositores que optan por dormir una pequeña siesta que les beneficia enormemente su rendimiento por la tarde. Ya que si por ejemplo te sientes muy fatigado de nada te va a servir sentarte delante de un papel/ordenador 5 horas, probablemente te sea más productivo una pequeña siesta de 30/45 minutos y estudiar entre 2 y 3 horas.
Para esto no hay reglas escritas, pero debes aprender a escuchar a tu cuerpo y reconocer que si estás muy cansado, probablemente sea mejor una pequeña siesta o incluso tomarse la tarde libre para el día siguiente coger los apuntes con más fuerza.
¿No puedes dormir estudiando tus oposiciones? Consejos para que nuestro descanso sea realmente efectivo

- ¿Dormimos bien o solo dormimos?, en este sentido, es necesario valorar la calidad del dormir de manera cuantitativa (latencia y duración del sueño, número de veces que despertamos) y cualitativa (profundidad del sueño, sensación de descanso y bienestar físico y mental). Existen smartwatches actualmente que te miden tu calidad de sueño y número de horas de sueño profundo, e incluso los más modernos están preparados para despertarnos en el momento del sueño que mejor nos sentaría y menos nos costaría levantarnos.
- Propicia el ambiente, es necesario crear las condiciones adecuadas para lograr un buen descanso, aislar los factores que te molesten o perturben. Apaga tu Smartphone e incluso el router.
- Ejercítate, las actividades físicas favorecen tu disposición a dormir de manera más rápida y profunda. Y si puedes intenta que sea a primera horas del día.
- Cuida lo que comes; alimentos ricos en triptófano (plátanos, la piña, el aguacate, la leche, la carne, los huevos, el pescado azul o los frutos secos) propician el descanso, mientras que las bebidas estimulantes (café, té y las colas o chocolate), alcohólicas, picantes o con exceso de preservantes dificultan el dormir bien.
- Crea el hábito; es necesario establecer una rutina, donde acostumbres a tu cuerpo a horarios para descansar.
Y aunque estos son solo algunos consejos básicos, quizás lo más importante es el respeto que le debemos a nuestro cuerpo, tomando en cuenta sus necesidades tanto físicas como mentales. Si bien es cierto que hay situaciones y/o circunstancias que ameritan un mayor nivel de exigencia, también es cierto, que para enfrentar alguna situación especial, o el reto que supone nuestro día a día; es necesario que nos encontremos en la mejor condición posible, y para ello debemos contar con un cuerpo y una mente sanos.
Así que te invitamos a que reflexiones nuevamente: ¿estoy brindando a mi cuerpo el debido descanso?
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